
Los hechos ocurrieron el pasado sábado 13 de agosto. Hassan el mayor de la familia Mahasapetilan regresó a su casa en Marrakech después de pasar unos días en la ciudad de Burgos. El joven vino a la ciudad en un viaje de estudios con su univerdidad para aprender el idioma y conocer la cultura española.
Hassan en su estancia en Burgos probó la morcilla después de que sus anfitriones burgaleses le asegurasen que no llevaba nada de cerdo. Hassan se quedó enamorado de la morcilla y se comió 8 pinchos seguidos de nuestro preciado manjar. Una vez terminada la cena, sus anfitriones burgaleses le confesaron la verdad, le dijeron que se había comido sangre de cerdo.

Hassan se enfadó mucho pero después de un tiempo volvió y dijo que les perdonaba ya que con ese hecho había descubierto algo muy esquisito. Hassan decidió a partir de ese día que si su religión le prohibía comer morcilla se cambiaría de religión.
El joven marroquí sin dudarlo cargó su maleta de morcillas para que su familia las probase y se quedaran tan asombrados como él. Hassa realizó la misma jugada que le hicieron a él. Dijo a su familia que no eran de cerdo para que se comieran las morcillas y una vez termindas les contó la verdad. Una vez desvelada la verdad, la reacción fue de enfado, incluso Hassan se llevó un par de hostias de su padre.
Pasado un tiempo el patriarca de la familia informó que no podía consentir que su familia no comiera más morcilla en su vida, por lo que propuso cambiar de religión al cristianismo. Toda la familia aceptó ya que así seguirían comiendo morcilla. Y fueron felices y comieron morcilla, jamón, tocino, bacon, etc